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Thursday, November 09, 2006

Pero ¿cómo? ¿había que pagar? (Artículo)

Este artículo lo publiqué unos números atrás en Informe Uruguay y se refiere a un peregrino comentario que le escuché por la radio al presidente de la Divisional B, en el sentido de que los contratos se hacen ... para no cumplirlos.
Espero que les guste.



¿Cómo? ¿Había que pagar?


Suena el teléfono en casa del Sr. Fulanetti, connotado dirigente de la Divisional B.


-Buenos días, ¿El Sr. Fulanetti? –

-Si, él habla. ¿Quién es? -

-Le llamamos de "La casa del electrodoméstico" Sr. Fulanetti, nuestros registros indican que usted aparentemente ha olvidado pagar las 3 últimas cuotas de un artículo adquirido en nuestra empresa y nosotr... -

-¿Pero cómo? ¿Había que pagar?-

-¿Perdón Señor?- La muchacha, acostumbrada por su trabajo a explicaciones inverosímiles, queda patéticamente desconcertada con lo que escucha.

-Señorita, ¿Está usted insinuando que tendría que haber pagado? ¿No le parece un tanto excesivo llamarme a mi domicilio para molestarme por semejante nimiedad? – Fulanetti se enreda el cable del teléfono alrededor del dedo índice. El rostro se le ha transfigurado de indignación.

-¿Perdón Señor? Disculpe, no le entiendo.- Francamente desconcertada la empleada.

-Entiéndame Señorita, yo compré ese equipo de audio - que entre paréntesis no anda muy bien- efectivamente en sus oficinas, pero en ningún momento nadie me dijo que había que pagarlo. No me parece correcto que ahora me venga con esas sorpresas-

-¡Señor, eso obvio que hay que pagarlo!-

-No, me venga con cosas obvias ¿Dónde está escrito que tengo que pagar algo?.-

La telefonista no salía de su asombro, pero de todos modos atinó a contestar:
-Señor, si usted se fija en la copia del contrato que ha firmado con nosotros, verá. que......-

-¡Peeeero mija! Nooo, yo soy dirigente de fútbol. Los contratos no los firmamos para cumplirlos sino para cumplir con las formalidades. ¿Cuánto sería que lo que tendría que pagar?-

-Bueno Señor, en estos momentos usted debe tres cuotas de dos mil ochocientos, más los recargos por mora serían algo así como.....-

-¡Pero yo no puedo pagar eso! ¿No sabe acaso que las cosas marchan horrible?-

-Señor, usted debió pensar eso antes de comprometerse a pagarlo!-

-Es que yo lo pensé, y me dije "Dios proveerá" ¿Qué clase de irresponsable se piensa que soy? Además si le hubiera dicho que mi situación económica no era, digamos la óptima me hubiera privado de tener el equipo de audio!.-

-Y si Señor, por supuesto, uno tiene que pagar por lo que compra o resignarse a no tenerlo.-

La bronca del Sr. Fulanetti ascendió a las nubes.
Indignado respondió:
-La verdad es que su postura la veo radical e inaudita, Señorita, Realmente estoy considerando seriamente la posibilidad de realizar una denuncia pública contra ustedes. Incluso es posible que presente una demanda.-

-Señor, ¿Está hablando en serio? No paga y encima quiere ponerse en denunciante?- La pobre telefonista definitivamente anonadada, buscaba en su cartera algo para los nervios.

-Pero por supuesto Señorita, fíjese usted que con su actitud está comprometiendo la tranquilidad de mi familia, llamando a mi casa para reclamar cosas absurdas. Además: ¿Acaso cuando ustedes revisaron mi recibo de sueldo no les resultó obvio que ganando cuatro mil no iba a poder pagar dos mil ochocientos? ¿Con qué dinero espera que coma y pague los demás gastos? ¡Piense Señorita, piense!–

-Pero Señor Fulanetti, nosotros hicimos confianza en usted ¿Por qué firmó entonces?-

-¿Y si no hubiera firmado, ustedes me habrían entregado el equipo de audio? Además ¿En qué mundo viven ustedes que me salen con eso de la “confianza”? ¿No le enseñaron que los Reyes Magos son los padres? –

-¡No, por supuesto que no se lo hubiéramos entregado! ¿Qué se piensa?-

-Me pienso que ustedes quieren desprenderse de esos electrodomésticos, ¿O acaso los tienen para coleccionarlos? Si nosotros los consumidores, no se los compráramos, se perderían muchas fuentes de trabajo. ¿No se percata de eso? ¡Debería estarme agradecida! Evidentemente usted es una ingrata.-

-¿Agradecida de qué Señor? ¡Si usted no paga da lo mismo tener trabajo o no. Es con sus cuotas que a nosotros nos pagan el salario!-

-¡Ustedes son todos iguales! ¡Jamás están satisfechos! ¡Con razón este país está como está!

-Pero Señor, fíjese qué entonces lo vamos a tener que mandar al Clearing...-

-¿Amenazas también? Ni una palabra más, a partir de este momento, queda cortado el diálogo.-

Furioso Fulanetti cuelga el teléfono.
Al otro lado de línea, la empleada, sin salir aún del desconcierto, decide tomarse dos Mejorales. Un fuerte dolor de cabeza comenzaba a insinuarse en el horizonte. Está tan confusa, que le tiemblan un poco los dedos mientras le pasa al Clearing los datos de Fulanetti.

Germán Queirolo Tarino
Salinas 255-06-04

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